¿Qué es un irrigador dental? Para qué sirve, cuándo usarlo, ventajas y desventajas

Estos dispositivos están ganando popularidad como una forma complementaria de mantener una buena higiene bucal. Pero, ¿qué es un irrigador dental exactamente? ¿Para qué sirve? ¿Cuándo deberíamos usarlo? ¿Cuáles son sus ventajas y desventajas?

En este artículo, exploraremos todo lo que necesitas saber sobre ellos. Así que, ¡prepárate para aprender sobre los irrigadores dentales!

¿Qué es un irrigador dental o bucal?

Es un dispositivo compuesto por un pequeño depósito de agua y una cánula que genera un fino chorro de agua a presión. La cual se dispara por medio de un pulsador hacia los espacios interdentales y en la base del diente o muela en contacto con la encía. Gracias a esto se facilita la eliminación de los restos de alimento, placa y bacterias.

Además, gracias a este proceso del agua a presión, el irrigador dental logra llegar a las zonas de difícil acceso en la boca. Se encarga de arrastrar con suavidad los residuos de alimentos entre la encía, los dientes y muelas.

¿Para qué sirve un irrigador dental?

En principio, para ser usado por cualquier persona que desee mantener una rutina de higiene bucal más minuciosa. Sin embargo, hay varios casos en específico en que su uso, lo recomienda el odontólogo. Por ejemplo:

• Personas con prótesis fijas o implantes dentales: Utilizan el irrigador, debido a que le aporta el complemento perfecto para los cepillos interdentales.
• Pacientes que padecen enfermedades periodontales. Tales como: gingivitis o periodontitis.
• Personas que han iniciado un tratamiento de ortodoncia fija: brackets linguales, metálicos o de zafiro. Ya que, la limpieza con seda dental resulta más complicada, el irrigador garantiza una limpieza profunda.

¿Cuándo se debe usar un irrigador dental?

A pesar de ser una herramienta que mejora la rutina de higiene bucal, el irrigador no debe ser sustituido por el cepillado ni el uso del hilo dental. Existen casos particulares, en los que se debe utilizar. Entre ellos:

• Sangrado de las encías: Puede surgir por una enfermedad periodontal o usar hilo dental con demasiada brusquedad.

• Sequedad bucal: Podría provocar la aparición de caries y periodontitis. El irrigador dental humedece la boca y elimina la placa dental adherida.

• Acumulación de comida entre los dientes: Suele suceder, por la forma o un problema de alineación en la dentadura. En otros casos, debido a residuos atrapados en las prótesis o implantes dentales.

• Ortodoncia fija: En general, la comida tiende a quedarse acumulada entre los brackets y debajo de los alambres. Por lo que, los irrigadores bucales son ideales para alcanzar las zonas difíciles, en donde se quedan atrapadas las partículas de comida.

¿Cuántas veces se puede utilizar el irrigador bucal al día?

En lo habitual, se emplea después de cada cepillado dental, es decir, unas 3 veces al día. En un tiempo que no supere los 5 minutos en cada uso, con el fin de no causarle daños a la encía. Cabe destacar, que es muy importante dejar pasar un intervalo mínimo de dos horas para volver a utilizarlo.

¿Cómo se usa un irrigador bucal?

Antes de usarlo debes hacer tu rutina diaria de lavar bien tu boca con el cepillo y el hilo dental. Luego, llenamos el depósito de agua (y puedes agregar un poco de colutorio antibacteriano), eliges la cánula y la presión adecuada, según sea el caso. Para activar el botón disparador, que acciona el chorro de agua entre la encía y cuello del diente, y a los espacios interdentales.

Es importante, regular la presión del agua apuntando siempre hacia el lavabo. Después, coloca la boquilla en dirección a la línea de la encía e inclínalo a 90 grados.

Por último, se recomienda iniciar desde los molares de atrás e ir avanzando a lo largo de la línea de la encía, haciendo hincapié en la zona interdental.

¿Qué ventajas y desventajas hay en el uso de irrigador dental?

Entre las ventajas conviene destacar:

• La prevención de enfermedades orales como, la caries o patologías periodontales.
• Te permite el acceso a zonas a las que no llega el cepillo de dientes.
• Ayuda a reducir la placa bacteriana, de forma segura.
• Logras obtener una sensación de mayor frescura y limpieza.
• Previenen la formación del sarro y reducen el mal aliento.
• Es un aparato sencillo, de fácil uso, inclusive más que la seda dental.
• En caso de llevar implantes, mejoran la salud de las encías.
• Te ayudan a eliminar la placa en los aparatos de ortodoncia.

Entre las desventajas tenemos:

• El uso inadecuado del irrigador dental, puede causar daños en el esmalte de los dientes o retracción de encías.
• Debes consultar al dentista, antes de adquirir un irrigador bucal, para que te indique cómo se usa y el tipo de dispositivo que requieres.
• No se recomienda utilizar al tener la encía inflamada o cuando padeces de otras molestias dentales. Ya que, provocarás una mayor penetración bacteriana causando enfermedades más graves.

¿Cuál es el precio de un irrigador dental?

Depende del modelo, puesto que existe una amplia variedad. En Europa, por ejemplo, oscilan los precios desde 36,57 € los de grifo universal, y los portátiles entre 65,21 € y 99,91 €. En Venezuela, se emplean los irrigadores dentales Oral B, inalámbricos. Los cuales, tienen un costo desde 55 $ a 70 $.

En cualquier caso, es recomendable asistir al dentista para que los aconseje sobre el modelo y uso del que mejor se adapte a nuestras necesidades. Además, puedes adquirirlo y guardarlo en casilleros virtuales usando plataformas como Amazon, Mercado libre o cualquier otra página web similar.