¿Qué es una dehesa? - Conoce todo sobre este bosque

Las zonas verdes como los bosques son muy importantes para la conservación ambiental y por la producción de oxígeno. Sin embargo, también pueden servir para la recolección de recursos naturales sin afectar la vida y el equilibrio de los mismos, tal como ocurre en las dehesas. Así que, en este artículo, se explica qué es una dehesa, cuáles son sus características y las especies de plantas que la conforman. También se habla de los animales que habitan dichas zonas y las medidas de protección que se toman ante las diferentes amenazas.

Características de una dehesa

Una dehesa es un sistema agroforestal que combina árboles, pastos y ganado dentro de un mismo paisaje cultural, el cual es bastante típico del sur y centro de países como España y Portugal. En ese sentido, no se trata de un bosque tropical virgen, sino uno donde el ser humano dejó su huella gracias a sus actividades de deforestación.

Se trata de un tipo de bosque que se suele formar por plantas como el alcornoque y las encinas, además de matorrales y pastizales. Por lo general, se utiliza con el fin de obtener productos forestales, es decir, para cortar leña, recolectar setas, producir corchos y otras actividades.

El término dehesa proviene del idioma latín en donde tiene el significado de ‘defensa’, el cual surge en los tiempos de la reconquista de la península ibérica de manos de los árabes, pues los pobladores ibéricos solían cortar los árboles de los bosques para hacer vallas con las que proteger sus rebaños de los enemigos. Entre las características de la dehesa hay que destacar la vegetación por la que se compone el bosque, cómo es el suelo y los animales que suelen habitarlas.

Vegetación característica

La dehesa se origina del bosque mediterráneo, el cual se encuentra formado por especies herbáceas y arbóreas del género Quercus (encinas, alcornoques, robles, etc.). Las encinas se suelen podar con el fin de producir bellotas, las cuales se destinan para dar alimento al cerdo ibérico.

Pastos y suelo

Este tipo de bosque tiene un estrato inferior de pastizales, los cuales se usan para el pastoreo de ganado vacuno, caprino y ovino. El suelo suele ser pobre y ácido, de modo que cuenta con una baja fertilidad natural, además el pastoreo de los animales ayuda a que no crezcan los matorrales y así, favorece la regeneración de las otras especies de plantas.

Presencia de ganado

La dehesa es el hábitat del cerdo ibérico, una raza porcina que cuenta con un gran valor en Europa por su excelente calidad. Los cerdos suelen vivir al aire libre y se alimentan de las bellotas que caen de los árboles en otoño, durante la montanera.

El jamón se produce a partir de estos cerdos y se le denomina jamón ibérico o pata negra. También hay cría de otros animales como vacas, cabras, ovejas e incluso toros de coleo.

Usos tradicionales de las dehesas

Los bosques clasificados como dehesas tienen una gran importancia económica y social en la península ibérica. Estas proporcionan una variedad de productos forestales y agropecuarios que sirven como materia prima para la producción de otros productos. Entre ellos, los más destacados son la leña, el corcho, las setas y la miel, además de las carnes de animales producto de la caza, etc.

Ganadería extensiva

La principal actividad ganadera en los bosques dehesas es la porcina, donde la cría de cerdo es de suma importancia para la actividad económica de ambos países, España y Portugal. En ese sentido, el cerdo ibérico es un producto gastronómico distintivo de ambas naciones, en especial España, donde existe un alto índice de consumo de jamón y demás productos derivados del puerco.

Entre los animales que habitan en las dehesas hay que destacar la presencia de las siguientes especies.

• El cerdo ibérico, una raza porcina autóctona de la península que se alimenta a base de las bellotas que caen de los árboles.
• El ovino, el vacuno, el caprino y el equino, especies de ganadería que pastan en los prados y aprovechan la sombra de los árboles. Existen diversas razas que se introdujeron y se adaptaron a las condiciones de la dehesa. Entre ellas, el caballo español, la Merina, la Verata e incluso la Avileña-Negra Ibérica.
• El águila imperial ibérica también se suele mostrar en estas áreas, es una rapaz amenazada que nidifica en los árboles más altos y caza conejos, liebres y otras presas. Se trata del ave más emblemática de los bosques.
• El lince ibérico es un felino también en peligro crítico de extinción que suele ubicarse en las zonas más densas y conservadas de la dehesa. Su dieta se basa principalmente de conejos, pero también puede atrapar a otras especies como roedores o aves.
• El buitre negro es un ave carroñera que llega a los bosques en busca de los restos que deja el ganado. Se trata del buitre más grande de Europa y se junta en colonias en los árboles altos.
• La cigüeña negra, un ave que suele migrar para reproducirse en las zonas más húmedas y boscosas de la dehesa. Se come los peces, anfibios y reptiles que vive en los ríos o charcos que se forman en los bosques.

Producción de bellota y montanera

Ahora bien, en estos bosques no se suele sembrar árboles frutales, no obstante, existe producción de bellotas, pues son el alimento principal de los cerdos. De esta manera, los animales son más saludables gracias a la dieta baja en grasa y alta en proteína, de modo que las bellotas no se recogen, sino que se dejan a disposición de los animales.

Conservación de la biodiversidad

La conservación de la biodiversidad en las dehesas es una parte fundamental de la actividad diaria que existe en este tipo de bosques, incluso varias de estas zonas poseen la certificación FSC del cuidado de los bosques. De modo que, en este ecosistema se alberga una gran biodiversidad, la cual contribuye a la conservación del paisaje.

Las dehesas son ecosistemas muy valiosos que albergan una gran variedad de especies animales y vegetales, muchas de ellas se consideran especies en amenaza o peligro de extinción. De igual manera, las dehesas proporcionan numerosos servicios tales como la regulación del clima, la protección del suelo, la producción de alimentos de calidad.

Por otro lado, las dehesas también enfrentan varias amenazas que ponen en riesgo su conservación y su sostenibilidad.

• La seca, que es una enfermedad donde un patógeno ataca las raíces de las encinas y los alcornoques, de modo que genera su muerte. Esta enfermedad la causa el cambio climático debido a que aumenta el estrés hídrico y térmico en las especies de plantas
• La pérdida de rentabilidad económica, lo que provoca que los propietarios abandonen o intensifiquen sus explotaciones. Esto genera consecuencias negativas para el equilibrio ecológico y la biodiversidad.
• El envejecimiento del arbolado y de los dueños, lo que dificulta la regeneración natural y el relevo generacional. En ese sentido, los jóvenes no se suelen interesar en continuar con la actividad tradicional, lo que provoca que se pierda el conocimiento y la cultura asociados a la dehesa.

Estas son solo algunas de las principales amenazas que afectan a las dehesas, pero hay otras como la erosión del suelo o la pérdida de hábitat.

Importancia cultural y medioambiental de las dehesas

Las dehesas representan también un ejemplo de paisaje cultural, es decir, un espacio que refleja la interacción entre el ser humano y la naturaleza a lo largo del tiempo. Pues, a pesar de que ciertas secciones se utilizan para la obtención de leña, una gran parte de estos parques naturales promueven e incentivan a la conservación ambiental.

Patrimonio cultural y paisajístico

Las dehesas resultan de un manejo tradicional del bosque mediterráneo, en donde se sabe aprovechar los recursos naturales de forma sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Es decir, se saca provecho de ellas, pero sin generar un impacto que afecte la vida del bosque, es por ello que, las dehesas cuentan con un gran valor histórico (desde la reconquista), pero también poseen impacto artístico y social.

Contribución a la mitigación del cambio climático

A pesar de todos los cuidados, las dehesas se enfrentan a numerosas amenazas que ponen en riesgo su conservación. Entre ellas, el cambio climático es una de las más importantes, debido a que el clima tiene la capacidad de alterar el equilibrio ecológico y productivo de estos sistemas.

El cambio climático puede provocar una disminución de las precipitaciones o lluvia, además de aumento de las temperaturas con mayor frecuencia e intensidad de sequías, lo que lleva a la post a generar incendios forestales. También puede influir a la aparición de plagas y enfermedades, lo que afecta negativamente a la salud y la regeneración de los árboles.

De modo que, la calidad y cantidad de los pastos, la disponibilidad de agua, el bienestar y sabor de los animales cambia. Por eso, es necesario adoptar medidas de adaptación y mitigación que otorguen la posibilidad de aumentar la resiliencia de las dehesas ante el cambio climático. Algunas de estas medidas son:

• Mejorar el manejo del arbolado.
• Favorecer la diversidad y la productividad de los pastos.
• Introducir especies con más resistencia al estrés hídrico y térmico.
• Optimizar el uso del agua y el suelo.
• Hacer una reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero.
• Buscar la certificación ambiental.