¿Qué son los glóbulos blancos? - Funciones, características y tipos de estos glóbulos sanguíneos

El cuerpo humano contiene un sinfín de células, cada una cumpliendo con una función distinta para mantener el equilibrio y funcionamiento adecuado del cuerpo.

De esta forma tenemos a los glóbulos blancos, que son la principal línea de defensa que posee nuestro organismo. Se dividen en varios tipos, que tendrán diferentes acciones ante los antígenos que invaden los tejidos.

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Concepto y definición de los glóbulos blancos

Los leucocitos o glóbulos blancos son una de las principales líneas de defensa que tiene nuestro cuerpo. Son útiles para defenderse contra:

• Bacterias.
• Infecciones.
• Alergias.
• Cualquier agente extraño que penetre dentro del cuerpo.

Estos se diferencian en distintos tipos, con características y funciones únicas dependiendo de la zona donde se encuentren.

Los mismos pertenecen al sistema inmunológico del organismo, encargándose de eliminar los elementos extraños mediante un proceso llamado fagocitosis, donde estos absorben o digieren cualquier material raro con el fin de destruirlo.

¿Cuáles son las funciones de los glóbulos blancos?

Su acción principal se basa en la eliminación de microorganismos o agentes extraños que invaden al cuerpo. Cualquier ente externo al organismo puede ser reconocido como "antígeno", de tal manera es posible incluir a los alimentos en esta categoría, como los vegetales o productos lácteos, pues al ingerirse pueden causar estas reacciones.

Los leucocitos no van a ejercer sus funciones únicamente en la sangre, ya que estos pueden llegar a todos los tejidos circundantes. siendo el torrente sanguíneo el medio por el cual se trasladan hasta la zona afectada.

De esta forma, se infiltran por aberturas que se encuentran en las células del endotelio capilar y las vénulas.

¿Cuáles son las características de los glóbulos blancos?

Existen cualidades que representan a los leucocitos entre las demás células del organismo, convirtiéndolas en la principal defensa del cuerpo. 

Sus características son las siguientes:

• Quimiotaxis: Esta habilidad hace referencia a la capacidad que tienen los glóbulos blancos de movilizarse hacia componentes químicos que despiertan su interés.
• Diapédesis: Los glóbulos blancos son capaces de trasladarse a través de los vasos sanguíneos entre los distintos elementos que forman parte de la sangre. Gracias a esta característica pueden penetrar en los tejidos y órganos cumpliendo así su función protectora ante las infecciones.
• Movilidad: La misma es de tipo ameboide, similar al que tienen las amebas por medio de pseudópodos, que se retraen y extienden en la base.

Además, algunos usan la fagocitosis para digerir patógenos peligrosos y, de esta manera, destruirlos. Los neutrófilos y macrófagos cuentan con dicha habilidad.

¿Cuáles son los tipos de glóbulos blancos?

Los leucocitos se clasifican en dos grupos principales:

• En el primer grupo están los que presentan gránulos en su citoplasma, denominados granulocitos.
• En el segundo grupo están los que no presentan gránulos específicos, es decir, los agranulocitos, los cuales se dividen en linfocitos y monocitos.

Granulocitos

Este tipo de glóbulos blancos se caracterizan por presentar gránulos en su interior, lo que le confiere su nombre. Se originan en la médula ósea al igual que otros elementos formes de la sangre y luego se movilizan al flujo sanguíneo.

Entre los granulocitos encontramos:

• Neutrófilos.
• Basófilos.
• Eosinófilos.

La cantidad de granulocitos que están presentes en la sangre pueden evaluarse con un hemograma.

Existen patologías como la leucemia, donde se ve afectado el número de granulocitos en sangre, provocando un aumento significativo conocido como granulocitosis. Por otro lado, el tratamiento de quimioterapia o radioterapia utilizado para el cáncer puede disminuir la cantidad de glóbulos blancos en el torrente sanguíneo.

Linfocitos

Representan las principales células del sistema linfático o inmunitario. Los agranulocitos son los más abundantes ocupando un 330% total de los leucocitos del flujo sanguíneo.

Son capaces de reconocer y actuar frente a los antígenos y poseen las siguientes características que los diferencian de otros glóbulos blancos:

• No nacen como células diferenciadas, sino que adquieren esta capacidad al ser estimulados por un antígeno.
• Tienen la cualidad de trasladarse por los vasos sanguíneos de los tejidos.
• Nacen en la médula ósea por las células progenitoras linfoides, pero pueden originarse fuera de esta, como en los tejidos asociados al sistema inmunitario tales como el timo.

Se debe tener en cuenta que la diferenciación de estos se da fundamentalmente por las acciones o funciones, más no por el tamaño o forma. Por ello, desde el punto de vista funcional, los linfocitos se dividen en tres tipos:

• Linfocitos T.
• Linfocitos B.
• Linfocitos NK.

Los linfocitos T o células T llevan su nombre porque adquieren su diferenciación en el timo. Los linfocitos B se denominan por su origen en la médula ósea, haciendo referencia la "B" a "Bones", que en inglés significa "hueso". Por último, tenemos las células NK (Natural Killer) o destructoras naturales, que provienen de la misma célula progenitora de linfocitos T y B. Las NK se encargan de destruir determinados tipos de células, entre ellas las cancerígenas.

Linfocitos T

Presentan núcleos con forma de riñón o frijol, siendo las más abundantes en el flujo sanguíneo después de los neutrófilos. Se originan en la médula ósea por medio de una célula progenitora hematopoyética de linaje linfocitario.

Este tipo de linfocitos entran al torrente sanguíneo hasta llegar al timo, donde se diferencian en CD4 o CD8. Son los principales encargados del proceso de inmunidad celular, atacando y eliminando sin intermediarios a los antígenos.

Las células T se subdividen de acuerdo a sus funciones:

• Linfocitos T citotóxicos o CD8+, cuya función es ejecutar la respuesta inmune.
• Linfocitos CD4+ o células cooperadoras, accionan la cascada de respuesta inmunitaria mediante el MHC tipo 2. Estos se subdividen en TH1 y TH2 o Helper T1 y 2.
• Linfocitos T reguladores.
• Células T de memoria.

Linfocitos B

Actúan por medio de la respuesta humoral del sistema inmunitario, atacando a los patógenos que se replican. Su función primordial es reconocer agentes extraños al cuerpo, conocidos como antígenos, los cuales son eliminados por medio de la producción de anticuerpos.

La formación de células B tiene su origen en el hígado fetal, para luego ser reemplazado por la médula ósea con el paso del tiempo. Esta parte del cuerpo se convertirá en la principal fuente de creación y maduración de linfocitos B, a diferencia de los T que evolucionan en el timo.

A medida que se da el proceso de crecimiento, en sus membranas adquieren diferentes receptores de células B o BCR. Ahora, lo que diferencia cada receptor de células B es la porción diferencial de inmunoglobulinas, de tal forma cada linfocito B ataca a un sinnúmero de antígenos distintos.

Un aspecto muy importante de los linfocitos B es que son los responsables de crear las sustancias conocidas como inmunoglobulinas o anticuerpos del sistema inmunitario. Dichas sustancias son elaboradas con el fin de responder ante bacterias, virus, hongos, caspa de animales, polen de vegetales o células cancerígenas.

5 tipos de inmunoglobulinas primordiales

IgA: Localizadas en zonas como la nariz, vías respiratorias, esófago, conductos auditivos, ojos y vagina. Estos anticuerpos protegen las regiones nombradas, pudiendo encontrarse también en la saliva, lágrimas y sangre. Se encuentra en el cuerpo un 10% a 15%.

IgG: Se hallan en todos los fluidos del organismo, siendo las más comunes y pequeñas. Se encuentran presentes en un 75% al 80% del cuerpo, ayudando en el proceso de eliminar infecciones por virus y bacterias. Estos anticuerpos son los únicos capaces de atravesar la barrera placentaria en una mujer embarazada para proteger al feto.

IgM: Son las de mayor tamaño, localizadas en la sangre y linfa, siendo las primeras en actuar durante una infección. Existen en una cantidad de 5% a 10% de todas las inmunoglobulinas del organismo.

IgE: Estas las podemos encontrar en los pulmones, mucosas y piel. Son las que actúan ante procesos alérgicos en el cuerpo, tales como la alergia al polen, las esporas de hongos en los vegetales, la caspa de animales, la leche o por sensibilidad a algunos medicamentos.

IgD: Estas se encuentran en muy bajas cantidades en epitelios que recubren el abdomen o pecho. Su función aún no está muy clara.

Neutrófilos

Los neutrófilos son los leucocitos más numerosos y comunes del organismo, constituyendo de 60% a 70%. Presentan múltiples lóbulos en el núcleo, por lo que se denominan neutrófilos polimorfos o polimorfonucleares.

Cumplen un papel esencial combatiendo bacterias e infecciones, como en la neutralización de células que han sido dañadas. Entre sus características mencionamos:

• Miden de 10 a 12 mm de diámetro.
• Son más grandes que los eritrocitos.
• El nombre corresponde a la ausencia de tinción del citoplasma.
• Tienen de dos a cuatro lóbulos.
• Son células que poseen la cualidad de ser móviles.

Existen tres tipos de gránulos en su estructura, asociados a las funciones que cumplen:

1. Gránulos primarios o azurófilos: Son grandes y abundantes en comparación a los específicos, siendo equivalentes a los lisosomas. En estos gránulos es posible encontrar una enzima llamada mieloperoxidasa, la cual es una peroxidasa que ayuda con la formación de cloraminas e hipoclorito, que son sustancias bactericidas. Por otro lado, hacen presencia las defensinas y el antimicrobiano catelicidina, que cumplen funciones en la destrucción de microorganismos.
2. Gránulos secundarios o específicos: Pequeños y menos abundantes, tienen forma elipsoidal. Poseen enzimas como las fosfolipasas, colagenasas tipo IV y gelatinasa y péptidos antimicrobianos como los lisozimas.
3. Gránulos terciarios: Estos se consideran neutrófilos de dos clases, ya que poseen un grupo que contiene fosfatasas y otro con metaloproteinasas. Estas sustancias se creen que ayudan en la movilización de los neutrófilos.

Es importante saber que, cuando se produce una lesión en algún tejido, los neutrófilos son las primeras células en presentarse, reconocer el agente infeccioso o extraño y destruirlo. Cabe destacar que pueden existir microorganismos que no son destruidos por neutrófilos.

Los monocitos, eosinófilos, basófilos y plaquetas son muy esenciales por su participación en la inflamación y en la curación de las heridas. Por ello los detallaremos a continuación:

Eosinófilos

Están relacionados con infestaciones ocasionadas por parásitos, reacciones alérgicas e inflamaciones de tipo crónicas. Los eosinófilos tienen su origen y desarrollo en la médula ósea.

Entre sus características tenemos:

• Tamaño similar a los neutrófilos.
• Núcleo bilobulado.
• Son activados cuando interactúan con anticuerpos IgG, IgA o IgA secretora. Se encuentran en la mucosa intestinal y en otros tejidos como los pulmonares en pacientes asmáticos.

En su citoplasma se pueden encontrar dos tipos de gránulos:

• Específicos: Son grandes, abundantes y alargados.
• Azurófilos: Se consideran lisosomas y poseen una variedad de hidrolasas ácidas y enzimas para la destrucción de parásitos.

La eosinofilia es la elevación de los eosinófilos en la sangre. Se presenta en las muestras de personas con alguna alergia o enfermedad parasitaria.

Basófilos

Al igual que los mastocitos, se desarrollan y diferencian en la médula ósea para circular cuando ya son células maduras.

La cantidad de basófilos que transitan por el organismo es baja, constituyendo del 0,5% a 1% de los leucocitos periféricos. Este tipo de granulocito, aunque comparte el sitio de origen con los mastocitos, poseen un linaje separado.

Sus características son las siguientes:

• Tamaño similar a los neutrófilos.
• Núcleo lobulado.
• Poseen abundantes gránulos en el citoplasma.
• Poseen receptores con alta afinidad por los anticuerpos de la IgE.
• Participan en reacciones causadas por alergias.
• Son los menos abundantes.

Hay dos tipos de gránulos en el citoplasma del basófilo:

• Gránulos azurófilos o primarios: Son equivalentes a los lisosomas de los basófilos. Contienen una diversidad de hidrolasas ácidas lisosómicas que son similares a las de otras células de la defensa inmunitaria.
• Gránulos específicos o secundarios: Poseen una gran variedad de sustancias, como el vasoactivo, heparán sulfato, la heparina que es un anticoagulante, histamina y leucotrienos.

Sus gránulos también son capaces de liberar:

• Histamina.
• ECF.
• NCF.
• Otros mediadores de la inflamación.

Monocitos

Este tipo es el menos abundante en comparación a los neutrófilos, encontrándose de 5% al 12 %.

Forman parte del sistema de defensa al participar en la destrucción de células infectadas o que han sido dañadas. Después de 24 horas que ocurre una lesión los monocitos viajan desde los vasos sanguíneos, llegan al sitio de la lesión y allí sufren una diferenciación a macrófagos.

Estos, al igual que los neutrófilos, son atraídos hasta los sitios lesionados, donde permanecerán hasta que la inflamación ocasionada por la lesión desaparezca. Para la cicatrización de heridas la presencia de macrófagos es fundamental una vez que los neutrófilos se han consumido.

Como se mencionó, pueden existir agentes infecciosos que sobreviven a las acciones de los neutrófilos, siendo estos microorganismos los principales blancos de ataque para los macrófagos.

¿Cuál es el valor normal de los glóbulos blancos?

La serie blanca permite estudiar si hay algún proceso infeccioso. Los resultados pueden ser expresados en porcentajes o números totales por milímetros cúbicos.

Es muy importante tener en cuenta que los valores normales pueden variar entre los diferentes laboratorios que lo realizan.

Como tal, para estudiar a los leucocitos se mide la cantidad total, aunque sus valores pueden ser variados en adultos, dependiendo de los valores que se toman por referencia. Varían entre los siguientes:

• 4.000 o 5.000 - 10.000 u 11.000 por microlitro.
• 7.500 leucocitos por milímetro cúbico de sangre debe ser el valor encontrado en una persona sana, de acuerdo al departamento de Medicina Interna de la Sociedad Española.

Por otro lado, los valores en niños también son variados:

• Recién nacidos: 9.000 - 10.000 a 30.000  por milímetro cúbico de sangre (mm³).
• Menores de dos años: 6.200 a 17.000/mm³.
• Mayores de 2 años: 6.000 y 15.000 (mm³).

Cuando la cantidad de glóbulos blancos es baja, recibe la denominación de LEUCOPENIA. Se considera bajo cuando el resultado es de menos de 4,500 células por debajo del valor normal.

Al contrario, cuando el valor supera al indicado, es una LEUCOCITOSIS y puede deberse a un proceso infeccioso.

• Neutrófilos: Sus valores de referencia son de 40% a 75% o 2.000-7.500/mm³. Se pueden encontrar elevados cuando hay infecciones bacterianas. Cuando se encuentran en niveles que están por debajo de lo normal se denomina neutropenia, pudiendo existir alguna enfermedad de la sangre, de tipo vírica o bacteriana.
• Linfocitos: Lo normal es de 20% a 45% o 1.500-4.000/mm³. Sus niveles pueden estar altos cuando hay infecciones por virus.
• Monocitos: Sus valores oscilan del 2 % a 10 % o 200-800/mm³.
• Eosinófilos: El nivel normal es de 1 % a 3 % o 40-400/mm³. Presente en las alergias.
• Basófilos: Los valores de estos son menores de un 1% o de 10-100/mm³.