¿Qué es una fosa abisal? - Origen y características principales

En geografía, las fosas abisales son las regiones más profundas y misteriosas del lecho marino, al estar ubicadas en las zonas más profundas del océano. En estas zonas de extrema presión, falta de luz y temperaturas extremadamente frías, habita una fauna peculiar y sorprendente, adaptada a las condiciones de este entorno inexplorado.

En este artículo exploraremos más a fondo las características principales de las fosas abisales, su origen y la importancia de su estudio para la comprensión de los procesos geológicos que ocurren en nuestro planeta, así como para la conservación de la fauna abisal y la sostenibilidad del océano.

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¿Cuál es el significado de una fosa abisal?

Una fosa abisal es una característica geográfica submarina que se encuentra en las zonas más profundas del océano oceánico. Estas depresiones se encuentran en las zonas más alejadas de la costa, y su origen está relacionado con la actividad de las placas tectónicas.

Las fosas abisales son el resultado de la convergencia de dos placas oceánicas, donde una se desliza por debajo de la otra en un proceso llamado subducción, generando una zona de hundimiento y deformación de la corteza oceánica.

La profundidad de estas fosas es tal que la presión en el fondo del océano puede ser miles de veces mayor que la presión atmosférica al nivel del mar, lo que hace que sean zonas extremadamente inhóspitas y difíciles de explorar. Sin embargo, éstas fosas son de gran interés para la investigación científica, ya que ofrecen información sobre la historia geológica de la Tierra y la evolución de la vida en el planeta.

Además, la fauna abisal que habita en estas zonas es muy diversa y adaptada a las condiciones extremas, lo que ofrece información valiosa sobre cómo se pueden desarrollar organismos en ambientes extremos y la importancia de su conservación para la sostenibilidad del océano.

¿Cómo se forman las fosas abisales?

Las fosas abisales se forman a partir de la convergencia de dos placas tectónicas, específicamente, de dos placas oceánicas.

Cuando dos placas oceánicas chocan entre sí, una de ellas se hunde bajo la otra en un proceso llamado subducción. Este proceso de subducción se produce porque la corteza oceánica es más densa que la corteza continental, lo que la hace hundirse debajo de la otra placa.

A medida que la placa oceánica se hunde, la parte superior se flexiona y se forma una depresión, dando lugar a la fosa abisal. Esta flexión y deformación de la corteza oceánica en la zona de subducción también puede dar lugar a la formación de volcanes submarinos, debido a que el magma asciende por las fisuras y se solidifica en la superficie.

Es importante destacar que la formación de las fosas abisales es un proceso gradual y continuo, que puede llevar millones de años. Además, la profundidad de las fosas abisales varía según la velocidad de la subducción, la edad de la corteza oceánica y la topografía del fondo del océano.

¿Cuáles son las características de las fosas abisales?

Las fosas abisales son características geográficas únicas en el fondo del océano, y presentan varias características distintivas:

• Profundidad extrema: Las fosas abisales son las depresiones más profundas en el fondo del océano, pudiendo alcanzar profundidades de más de 11 km. La Fosa de las Marianas, ubicada en el Océano Pacífico, es la fosa más profunda conocida, con una profundidad de 11.034 metros.
• Inaccesibilidad: Debido a su extrema profundidad, la mayoría de las fosas abisales son inaccesibles para los seres humanos. El peso del agua en las profundidades es tan grande que, a medida que se desciende, aumenta la presión a un ritmo de aproximadamente 1 atmósfera cada 10 metros de profundidad. Esta presión hace que sea muy difícil enviar equipos para explorar las fosas abisales.
• Temperaturas extremadamente frías: Las fosas abisales son regiones de aguas muy frías, con temperaturas cercanas a los 0 °C.
• Falta de luz: Debido a su profundidad, la luz solar no puede penetrar en las fosas abisales, por lo que son zonas completamente oscuras.
• Fauna abisal única: A pesar de las condiciones extremas, las fosas abisales albergan una gran cantidad de especies animales adaptadas a estas condiciones extremas, incluyendo peces, crustáceos, moluscos y otros organismos.
• Origen tectónico: Las fosas abisales se originan debido a la convergencia de dos placas tectónicas, y se forman en la zona de subducción, donde una placa oceánica se hunde debajo de otra.

¿Qué animales hay dentro de una fosa abisal?

Las fosas abisales son hábitats únicos y extremos en el fondo del océano, que albergan una fauna diversa de animales adaptados a las condiciones extremas del entorno.

Entre los animales que se encuentran en las fosas abisales se destacan los peces abisales, que tienen dientes transparentes, los cefalópodos como el calamar vampiro (Vampyroteuthis infernalis), crustáceos como los camarones y los percebes, las holoturias, los anfípodos y los poliquetos.

Cada especie ha desarrollado adaptaciones específicas para sobrevivir en la oscuridad y a temperaturas cercanas a los 0 °C, así como a la enorme presión del agua en las profundidades, que puede llegar a más de 1000 atmósferas.

Muchos de los animales que habitan en éste lecho marino son importantes para la cadena alimentaria marina y tienen propiedades bioquímicas únicas, lo que los convierte en fuentes potenciales de compuestos medicinales y otros productos útiles para la industria.

Es fascinante pensar en la cantidad de vida que se encuentra en las fosas abisales, considerando que hace solo unos pocos años se creía que las profundidades del océano eran inhabitables. Los avances tecnológicos en la exploración submarina, como los vehículos operados a distancia y los sumergibles tripulados, han permitido descubrir y estudiar estos ecosistemas extremos con mayor detalle.

Sin embargo, también es importante considerar que estos ecosistemas son frágiles y pueden ser afectados por la actividad humana, como la explotación minera o la pesca de arrastre profundo. Por lo tanto, es fundamental promover la sostenibilidad en la explotación de los recursos marinos y en la protección de estos ecosistemas únicos para su conservación a largo plazo.

¿Cuáles son los distintos tipos de fosas abisales?

En términos generales, existen dos tipos de fosas abisales: la fosa oceánica y la fosa continental.

• Las fosas oceánicas son depresiones profundas en el fondo del océano, que se encuentran en las zonas más profundas y alejadas de los continentes. Estas fosas se forman por la subducción de una placa tectónica debajo de otra, lo que da lugar a la formación de una zona de subducción.

Estas depresiones pueden tener profundidades de más de 11 km, como es el caso de la Fosa de las Marianas, que es la depresión más profunda del mundo.

• Las fosas continentales, por otro lado, se encuentran en la parte continental de la placa tectónica y no en el fondo del océano. A diferencia de las fosas oceánicas, que son resultado de la subducción de una placa tectónica debajo de otra, las fosas continentales son el resultado de procesos tectónicos complejos como la deformación y la falla de la corteza terrestre.

Las fosas continentales suelen tener profundidades más modestas que las fosas oceánicas.

¿Cuál es la importancia de las fosas abisales en el relieve?

Las fosas abisales tienen una gran importancia en la configuración del relieve submarino. Gracias a su profundidad y extensión, éstas depresiones representan algunas de las características más prominentes del fondo del océano, y su estudio ha permitido una mejor comprensión de la estructura y dinámica de la Tierra.

Las fosas abisales se forman a lo largo de los límites de las placas tectónicas, lo que implica una actividad sísmica y volcánica significativa. A medida que una placa tectónica se hunde debajo de otra en una zona de subducción, se produce una acumulación de sedimentos y material rocoso en el fondo del océano, lo que da lugar a la formación de la fosa abisal.

Además, las fosas abisales pueden actuar como lugares de acumulación de sedimentos, lo que puede tener implicaciones importantes para el ciclo global del carbono. Los sedimentos acumulados en las fosas abisales pueden contener grandes cantidades de materia orgánica que, una vez enterrada, puede actuar como un sumidero de carbono a largo plazo.